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martes, 24 de julio de 2012
Día da Patria Galega
Día da Patria Galega
O 25 de xullo, celebrámo-lo día do noso país, en palabras de Castelao: "a festa maor de Galicia, a festa de todol-os galegos".
As orixes desta celebración remóntanse ó 1920, ano no que as Irmandades da Fala organizan o primeiro Día de Galicia como acto de afirmación da nosa identidade colectiva.
Dende esta primeira convocatoria, as manifestacións organizadas para conmemora-lo Día de Galicia estiveron sempre condicionadas pola situación política de cada momento, aínda que sempre tiveron como eixo central a reivindicación dos nosos símbolos e a nosa identidade coma país.
Durante a longa noite de pedra, as sociedades galegas na emigración manteñen acesa esta convocatoria e, en Galicia, o galeguismo se concéntrase ó redor da tradicional misa por Rosalía na igrexa de Santo Domingo de Bonaval.
A finais da década dos 60, as organizacións nacionalistas comezan a convocar concentracións en Compostela o 25 de xullo. É no 1973 cando se empeza a utiliza-lo termo "Día da Patria Galega", denominación que pouco a pouco se vai consolidando e que se mantén na actualidade, aínda que tamén se segue utilizando a de Día de Galicia.
Dende a instauración da democracia e a promulgación do Estatuto de Autonomía, a práctica totalidade das organizacións políticas e unha boa parte das institucións públicas programan todo tipo de actividades para conmemoraren esta data. Ás declaracións institucionais da Xunta de Galicia e do Parlamento Galego; ós bandos municipais chamando ós veciños e veciñas a celebra-lo Día e a coloca-la bandeira galega o mesmo 25 de xullo en rúas e balcóns; ás conferencias, mítins e xornadas de confraternidade que preceden ou teñen lugar o propio 25, hai que suma-las manifestacións populares de carácter reivindicativo que ese mesmo día percorren as rúas de Compostela.
Neste 25 de xullo de 1996 -ano no que se cumpren o 150 aniversario da Proclama da Xunta Superior do Goberno de Galicia de 1846 e o 60º do Estatuto de Autonomía- en Vieiros queremos utiliza-la Internet como un medio máis na recuperación da nosa memoria colectiva, como unha ponte que nunha data tan sinalada contribúa, parafraseando ás Irmandades da Fala, a "estreitar os lazos entre os galegos da metrópoli e os que teñan residenza nas nosas numerosas colonias sen bandeira" e unha vía para amosarmos a nosa pertenza a un pobo con identidade de seu.
viernes, 13 de julio de 2012
XXII FESTA DO POLVO EN MUGARDOS
La
localidad coruñesa de Mugardos celebrará el próximo fin de semana, el
sábado 14 de julio, una nueva edición de la Festa do Polbo, una cita
gastronómica que tendrá este fin de semana a partir de las 12.00 horas
del sábado en el Parque da Constitución.
La gastronomía de
Mugardos es uno de sus grandes atractivos por su cultura ancestral y por
la gran calidad de sus productos, y sobre todo, del pulpo.
La fiesta del pulpo, una de las celebraciones más importantes de la
comarca, declarada fiesta de Interés Turístico de Galicia, llega este
año a su vigésimo segunda edición. Se prevé repartir unas 5.000 raciones
del cefalópodo.
Los asistentes tendrán la oportunidad de
degustar el Polbo á Mugardesa que se presentará en un plato de cerámica
de Buño, cunca de cerámica de Buño, pan y vino por 10 euros. También
habrá raciones de empanada a 2 euros.
El lugar escogido para la
exaltación de este manjar será el puerto de la localidad donde se
juntarán más de 1.400 kilos de pulpo, capturada en la ría de Ferrol. La
organización de la cita, en la que colaboran seis entidades del
municipio, el Clube do Mar, Galicia de Mugardos, Rondalla Mugardesa,
Casino de Mugardos, Casino de San Xoán y la Cofradía de Jesús de
Nazareno.
Los tiques para comprar las raciones se empezarán a
vender a las 12.30 horas, aunque será a las 13.00 horas cuando se
despacharán las raciones de pulpo. Varios grupos de música amenizarán la
jornada.
martes, 10 de julio de 2012
domingo, 8 de julio de 2012
sábado, 7 de julio de 2012
Legionarios a bordo del Contramaestre Casado
El pasado 05 de Abril, Jueves Santo, llegaba a Málaga el buque de la Armada Española
Contramaestre Casado. Por segundo año consecutivo este buque fue el encargado
de traer hasta esta ciudad a la tropa legionaria, encargada de desfilar esa misma noche
junto con el Cristo de la Buena Muerte.
Contramaestre Casado. Por segundo año consecutivo este buque fue el encargado
de traer hasta esta ciudad a la tropa legionaria, encargada de desfilar esa misma noche
junto con el Cristo de la Buena Muerte.
El Contramaestre Casado asistido por los dos remolcadores.
A las 10:30 horas el Contramaestre Casado, asistido por los remolcadores Vehinte
y Vehinticuatro, en proa y popa respectivamente, comenzaba a entrar a puerto.
y Vehinticuatro, en proa y popa respectivamente, comenzaba a entrar a puerto.
Este año el buque procedía del puerto de Almería, ya que la tropa que transportaba
forma parte del Tercio Don Juan de Austria, 3º de La Legión con base en Viator.
Dentro del puerto dirigiéndose a su lugar de atraque.
(Clickar en la imagen para aumentarla)
Desde la bocana y hasta su lugar de atraque, los legionarios en perfecta formación y
posición de firmes, cantaban continuamente acompañados por la banda de músicos
"La Canción del Legionario" y "El novio de la Muerte", esto dio lugar a que fueran
recibidos con una gran ovación por el público congregado en el muelle número 2,
lugar de atraque del Contramaestre Casado.
posición de firmes, cantaban continuamente acompañados por la banda de músicos
"La Canción del Legionario" y "El novio de la Muerte", esto dio lugar a que fueran
recibidos con una gran ovación por el público congregado en el muelle número 2,
lugar de atraque del Contramaestre Casado.
Legionarios formados y cantando en la cubierta de apontaje del buque.
(Clickar en la imagen para aumentarla)
La banda de músicos tocaba los himnos militares.
(Clickar en la imagen para aumentarla)
Una vez amarrado el Contramaestre Casado, los legionarios comenzaron uno a uno a
desembarcar al ritmo marcado por los tambores y cornetas, para así quedar formados
en el muelle. Terminados los habituales actos que se realizan en estos casos, los
legionarios abandonaron el puerto desfilando a sus ciento ochenta pasos por minutos en
dirección a la Iglesia de Santo Domingo, lugar de culto del Cristo de la Buena Muerte.
en el muelle. Terminados los habituales actos que se realizan en estos casos, los
legionarios abandonaron el puerto desfilando a sus ciento ochenta pasos por minutos en
dirección a la Iglesia de Santo Domingo, lugar de culto del Cristo de la Buena Muerte.
Llegaba a Málaga procedente del puerto de Almería.
(Clickar en la imagen para aumentarla)
Atracado en el muelle número dos visto desde el uno.
viernes, 6 de julio de 2012
HISTORIA DE LA ESCUELA DE MAQUINAS
Cuerpo de Maquinistas de la Armada
(1850-1944) se ha escrito y se conoce casi todo: sus orígenes
y evolución, la formación de sus componentes, su
azarosa historia, y hasta la legislación que le afectaba. Su
sucesor, el Cuerpo de Máquinas (1945-82), permanece
vivo en la memoria de los que fuimos contemporáneos.
Más difícil será encontrar un testimonio escrito y fehaciente
de los lugares físicos donde, bajo diversas denominaciones,
se instruyeron, sucesivamente, los encargados de las máquinas de
los buques de guerra en los diferentes periodos de su historia: Escuela Especial
de Maquinistas e Ingenieros Mecánicos (1850-52), Escuela Especial de
Maquinistas (1852-56), Escuela de Maquinistas/Sección de la Escuela de
Maestranza (1890-1915), Academia de Ingenieros y Maquinistas (1915-32),
Escuela de Maquinistas (1932-40), Escuela de Mecánicos (1940-66), Escuela
de Máquinas (1966-89) y Escuela de Energía y Propulsión de la Armada o
ESEPA (1989-2001).
Convencidos de que «no se entendería la historia de la Armada sin la Escuela
de Máquinas» (1), hemos considerado que, siguiendo la línea marcada, sería
de interés conocer los emplazamientos reales que tuvieron dichos centros, aún a
sabiendas de que se trata de un asunto sobre el que existe escasa y, a veces,
contradictoria documentación. Será una vía figurada de acercar las nuevas
generaciones en el «recuerdo y agradecimiento a la valerosa y abnegada aportación
humana surgida de sus aulas al servicio de la Armada Española» .
La primera escuela (1850)
La Escuela Especial de Maquinistas e Ingenieros Mecánicos nació con el
decreto fundacional de los Cuerpos de Ingenieros Mecánicos y Maquinistas de
2006] 217
Vapor, en mayo de 1850, siendo ministro de Marina el marqués de Molíns,
Mariano Roca de Togores.
La normativa legal situaba la escuela como «aneja al taller de dichas
máquinas (de vapor), establecido en el Arsenal del Departamento del Ferrol».
Sin embargo, días después del decreto, el ministro ordenó que se habilitase
para escuela el antiguo Cuartel de Guardias Marinas (situado en Esteiro, fuera
de las tapias del astillero, frente a la puerta y muelle de Fontelonga:). El 26 de agosto de ese 1850, el director general de la
Armada inició los trámites por carta, haciéndole saber las cantidades estimadas
necesarias para acondicionarlo. En cualquier caso, «en 1850 se estableció
allí (Cuartel de Guardias Marinas) la Escuela Especial de Maquinistas de la
Armada», según Montero Arostegui.
Un cuatrienio errático (1852-1856)
A la vista de los pobres resultados obtenidos y de los informes pesimistas
elevados por los directores interinos el 14 de enero de 1851 (brigadier José
Soler) y el 4 de junio del mismo año (capitán de fragata José Miguel Sotelo),
recién iniciado 1852 aparece un nuevo reglamento provisional elaborado
por Soler (alma mater del nacimiento y primeros pasos institucionales de la
escuela y de los maquinistas) que, entre otras cosas: desiste de la creación de
los dos Cuerpos, reduciéndolos a uno (Cuerpo de Ingenieros Maquinistas),
prevé una escuela especial que «se establecerá... en el Departamento de
Ferrol, en el local más conveniente de su Arsenal» (Art. 11), aumenta el periodo
de la instrucción teórico-práctico de cuatro a siete años y suprime el acuartelamiento
de los aprendices (que provendrán de «obradores... de los arsenales
o de la población»).
La precariedad y la incertidumbre siguieron presentes pero, aunque
mantengamos la prudencia al definirnos respecto a los emplazamientos sucesivos
de la Escuela, sí sabemos con certeza que en 1854 continuaba instalada
en el «viejo» Cuartel de Guardias Marinas (GG. MM., en lo sucesivo) de
Esteiro, el local previsto por el ministro cuatro años antes.
La Escuela del Cantón de Molíns (1915-1993)
La Escuela del Cantón de Molíns, bajo los diversos nombres con los que se
fue denominando en el largo periodo de su permanencia (el más prolongado
de entre todas las instalaciones consideradas), constituyó un ansiado logro
para la consolidación definitiva del Cuerpo de Maquinistas, primero, y el de
Máquinas después, y un centro de enseñanza emblemático para la formación,
perfeccionamiento y especialización de sus alumnos (pasaron por él alrededor
de 25.000), a la par con la evolución y modernización de la Armada.
Tras la decadencia y desánimo generalizado de finales del XIX y principios
del XX, surgió una reactivación de la Armada a través de las leyes llamadas de
Ferrándiz (1908) y de Miranda (1915). Y, como soporte financiero, por esa
época España recibió los beneficios derivados de la Gran Guerra (1914-18),
que le permitieron saldar casi toda su deuda exterior.
Quizá impulsado por lo anterior y, sobre todo, por la necesidad de acompasar
la formación del personal con la modernización imperante del material, se
puso en marcha en 1915 la Academia de Ingenieros y Maquinistas , «en el
mismo sitio que estaba ya la de Maquinistas» y en el edificio que comenzó a
levantarse ex profeso (incorrectamente llamado en la actualidad Edificio de
Ingenieros), y un nuevo Reglamento del Cuerpo .
Durante más de una década convivieron en esta Academia destacados
apellidos de ambas ramas profesionales, como Ucha (alumno libre de Ingenieros,
siendo ya renombrado arquitecto), Suanzes, Franco, Albarrán, Duarte o
Seijo. El internado, en grupos separados, se hallaba instalado en el segundo piso del nuevo edificio, mientras que las clases de los ingenieros estaban en el
primero y las de los aprendices maquinistas en el bajo (.
Muchos de los contenidos de los programas de estudios de los maquinistas
perduraron incluso mientras estuvo vigente el posterior Cuerpo de Máquinas
(1945-82). Y, en cuanto a la actividad puramente académica, hasta 1936, se
consolidaron: el curso de dos años para acceso al Cuerpo y el de dieciocho
meses para ascenso a oficial (teniente, desde 1932).
A partir de 1932, tras la marcha de los Ingenieros Navales a Madrid, la
Academia toma el nombre de Escuela de Maquinistas y queda dedicada,
exclusivamente, a su enseñanza, con directores de la Primera Sección del
Cuerpo y no del de Ingenieros, como sucedía desde 1890. (A principios de ese
año, ocurrió un hecho que refleja hasta dónde habían arraigado los diferentes
centros que fueron de maquinistas en la ciudad de Ferrol, testimoniando
también su interrelación: el alcalde solicitó por instancia al ministro que no se
llevase a cabo el traslado de la «Academia» de Maquinistas a la Escuela
Naval única de San Fernando (Cádiz), «por no reportar beneficio alguno a los
intereses generales y perjudicar grandemente a los de la ciudad») .
En 1935, al año siguiente de creación de la Especialidad de Motores
Térmicos, efectuaron el curso (por primera y última vez antes de la Guerra
Civil) dos comandantes y tres capitanes maquinistas , inaugurando ellos la
presencia de oficiales-alumnos.
Tras la contienda, en marzo de 1940, el nuevo director (capitán de fragata
Pedro Fernández Martín), recién llegado de visitar la Escuela de Maquinistas
de la Kriegsmarine en Wesermünde (Alemania), elevó dos interesantes
propuestas respecto a la dependencia:
— Cambiar el nombre, pues «el de Maquinistas no es conforme con los
alumnos que... vendrán en primero de julio (Operarios de Máquinas)».
— Denominar al director como «Comandante Director... a tono con el
carácter y ambiente militar que la Escuela ha de tener».
No sabemos si fue decisivo, pero el hecho es que, dos meses después, la
Escuela pasó a llamarse Escuela de Mecánicos , abriéndose el periodo
más largo de conservación del nombre, de su historia.
Ya con esta nueva denominación, se inició un intenso y duradero andar
académico, completamente novedoso y reglado:
— La marinería, en sus distintos grados de especialistas(marinero, cabo y cabo primero), llevaba a cabo los
cursos de formación y ascenso en el centro, incluida la 1.ª fase de acceso al Cuerpo de
Suboficiales.
— Tras la creación del Cuerpo de Máquinas, los aspirantescursaban dos años en la escuela,
antes del paso a la Escuela Naval Militar (sólo duró de 1945 a 1952).
— Del 52 al 86, pasaron por sus aulas los oficiales-alumnos de las especialidades de Máquinas
(excepto Electrotecnia);Luego, hasta el 89, los de Propulsión (nueva especialidad
del Cuerpo General).
En 1966 , pasó a llamarse Escuela de Máquinas (una evolución lógica y acorde con los tiempos, que se había iniciado en 1963con la designación de un coronel de Máquinas como comandante director
(coronel Benigno Díaz Santé).
El 1 de septiembre de 1989, se le transfirieron las enseñanzas de Electricidad
que antes se impartían en la ETEA (Vigo). Unido ello a la integración, el
año anterior, del Centro de Instrucción de Seguridad Interior, se concluyó, en
la misma fecha, con el cambio de nombre por el de Escuela de Energía y
Propulsión de la Armada (ESEPA).
Antes, en 1982, el llamado Centro de Instrucción y Adiestramiento de Máquinas
o CIAM (aprobado por el Consejo Superior de la Armada en 1978) empezó a
levantarse en la Ensenada de Caranza. Con la entrada en servicio de sus Módulos
de Enseñanza, la escuela fue transfiriéndole, poco a poco, sus actividades. En el
89, el CIAM pasó a ser oficialmente una prolongación de la propia ESEPA. Y
el 31 de agosto de 1993, con el arriado de la bandera del cantón, se dio por finalizado
el traslado y se cerró un capítulo abierto 78 años antes.
El 17 de octubre de 1994, S. M. el Rey Don Juan Carlos inauguró la nueva
instalación de Caranza que albergaba la ESEPA : un centro
escolar para el siglo XXI, sucesor legítimo de un honroso pasado, del que
debemos sentirnos profundamente orgullosos.
En paralelo con su nacimiento, una vez desaparecido el servicio militar
obligatorio, la escuela empezó a recibir promociones de aspirantes a marineros
profesionales (ramas de Máquinas y Electricidad), además de continuar
con los cursos ya establecidos, como el de la especialidad de Propulsión. Y,
adecuándose a la incorporación de nuevas unidades, se comenzaron a poner
en servicio los simuladores de los Sistemas de Control de Plataforma (BAC
Patiño, LPD Galicia y cazaminas clase Segura), versión más informatizada y
moderna que los anteriores controles de propulsión (patrulleros Lazaga,
corbetas Descubierta, portaaviones Príncipe de Asturias, fragatas Santa
María).
Con el siglo entrante, el centro tomó nuevos derroteros. Así, en 2001 pasó
a llamarse Escuela de Especialidades «Antonio de Escaño» ); y en los dos
años siguientes, con motivo del proceso de «integración... y reestructuración
de centros docentes», se le transfirieron las enseñanzas de la ETEA ( C o m unicaciones,
Sistemas Tácticos y Electrónica), la «Antonio de Ulloa» (Artillería
y Misiles, Dirección de Tiro, Armas Submarinas y Sonar)
(1850-1944) se ha escrito y se conoce casi todo: sus orígenes
y evolución, la formación de sus componentes, su
azarosa historia, y hasta la legislación que le afectaba. Su
sucesor, el Cuerpo de Máquinas (1945-82), permanece
vivo en la memoria de los que fuimos contemporáneos.
Más difícil será encontrar un testimonio escrito y fehaciente
de los lugares físicos donde, bajo diversas denominaciones,
se instruyeron, sucesivamente, los encargados de las máquinas de
los buques de guerra en los diferentes periodos de su historia: Escuela Especial
de Maquinistas e Ingenieros Mecánicos (1850-52), Escuela Especial de
Maquinistas (1852-56), Escuela de Maquinistas/Sección de la Escuela de
Maestranza (1890-1915), Academia de Ingenieros y Maquinistas (1915-32),
Escuela de Maquinistas (1932-40), Escuela de Mecánicos (1940-66), Escuela
de Máquinas (1966-89) y Escuela de Energía y Propulsión de la Armada o
ESEPA (1989-2001).
Convencidos de que «no se entendería la historia de la Armada sin la Escuela
de Máquinas» (1), hemos considerado que, siguiendo la línea marcada, sería
de interés conocer los emplazamientos reales que tuvieron dichos centros, aún a
sabiendas de que se trata de un asunto sobre el que existe escasa y, a veces,
contradictoria documentación. Será una vía figurada de acercar las nuevas
generaciones en el «recuerdo y agradecimiento a la valerosa y abnegada aportación
humana surgida de sus aulas al servicio de la Armada Española» .
La primera escuela (1850)
La Escuela Especial de Maquinistas e Ingenieros Mecánicos nació con el
decreto fundacional de los Cuerpos de Ingenieros Mecánicos y Maquinistas de
2006] 217
Vapor, en mayo de 1850, siendo ministro de Marina el marqués de Molíns,
Mariano Roca de Togores.
La normativa legal situaba la escuela como «aneja al taller de dichas
máquinas (de vapor), establecido en el Arsenal del Departamento del Ferrol».
Sin embargo, días después del decreto, el ministro ordenó que se habilitase
para escuela el antiguo Cuartel de Guardias Marinas (situado en Esteiro, fuera
de las tapias del astillero, frente a la puerta y muelle de Fontelonga:). El 26 de agosto de ese 1850, el director general de la
Armada inició los trámites por carta, haciéndole saber las cantidades estimadas
necesarias para acondicionarlo. En cualquier caso, «en 1850 se estableció
allí (Cuartel de Guardias Marinas) la Escuela Especial de Maquinistas de la
Armada», según Montero Arostegui.
Un cuatrienio errático (1852-1856)
A la vista de los pobres resultados obtenidos y de los informes pesimistas
elevados por los directores interinos el 14 de enero de 1851 (brigadier José
Soler) y el 4 de junio del mismo año (capitán de fragata José Miguel Sotelo),
recién iniciado 1852 aparece un nuevo reglamento provisional elaborado
por Soler (alma mater del nacimiento y primeros pasos institucionales de la
escuela y de los maquinistas) que, entre otras cosas: desiste de la creación de
los dos Cuerpos, reduciéndolos a uno (Cuerpo de Ingenieros Maquinistas),
prevé una escuela especial que «se establecerá... en el Departamento de
Ferrol, en el local más conveniente de su Arsenal» (Art. 11), aumenta el periodo
de la instrucción teórico-práctico de cuatro a siete años y suprime el acuartelamiento
de los aprendices (que provendrán de «obradores... de los arsenales
o de la población»).
La precariedad y la incertidumbre siguieron presentes pero, aunque
mantengamos la prudencia al definirnos respecto a los emplazamientos sucesivos
de la Escuela, sí sabemos con certeza que en 1854 continuaba instalada
en el «viejo» Cuartel de Guardias Marinas (GG. MM., en lo sucesivo) de
Esteiro, el local previsto por el ministro cuatro años antes.
La Escuela del Cantón de Molíns (1915-1993)
La Escuela del Cantón de Molíns, bajo los diversos nombres con los que se
fue denominando en el largo periodo de su permanencia (el más prolongado
de entre todas las instalaciones consideradas), constituyó un ansiado logro
para la consolidación definitiva del Cuerpo de Maquinistas, primero, y el de
Máquinas después, y un centro de enseñanza emblemático para la formación,
perfeccionamiento y especialización de sus alumnos (pasaron por él alrededor
de 25.000), a la par con la evolución y modernización de la Armada.
Tras la decadencia y desánimo generalizado de finales del XIX y principios
del XX, surgió una reactivación de la Armada a través de las leyes llamadas de
Ferrándiz (1908) y de Miranda (1915). Y, como soporte financiero, por esa
época España recibió los beneficios derivados de la Gran Guerra (1914-18),
que le permitieron saldar casi toda su deuda exterior.
Quizá impulsado por lo anterior y, sobre todo, por la necesidad de acompasar
la formación del personal con la modernización imperante del material, se
puso en marcha en 1915 la Academia de Ingenieros y Maquinistas , «en el
mismo sitio que estaba ya la de Maquinistas» y en el edificio que comenzó a
levantarse ex profeso (incorrectamente llamado en la actualidad Edificio de
Ingenieros), y un nuevo Reglamento del Cuerpo .
Durante más de una década convivieron en esta Academia destacados
apellidos de ambas ramas profesionales, como Ucha (alumno libre de Ingenieros,
siendo ya renombrado arquitecto), Suanzes, Franco, Albarrán, Duarte o
Seijo. El internado, en grupos separados, se hallaba instalado en el segundo piso del nuevo edificio, mientras que las clases de los ingenieros estaban en el
primero y las de los aprendices maquinistas en el bajo (.
Muchos de los contenidos de los programas de estudios de los maquinistas
perduraron incluso mientras estuvo vigente el posterior Cuerpo de Máquinas
(1945-82). Y, en cuanto a la actividad puramente académica, hasta 1936, se
consolidaron: el curso de dos años para acceso al Cuerpo y el de dieciocho
meses para ascenso a oficial (teniente, desde 1932).
A partir de 1932, tras la marcha de los Ingenieros Navales a Madrid, la
Academia toma el nombre de Escuela de Maquinistas y queda dedicada,
exclusivamente, a su enseñanza, con directores de la Primera Sección del
Cuerpo y no del de Ingenieros, como sucedía desde 1890. (A principios de ese
año, ocurrió un hecho que refleja hasta dónde habían arraigado los diferentes
centros que fueron de maquinistas en la ciudad de Ferrol, testimoniando
también su interrelación: el alcalde solicitó por instancia al ministro que no se
llevase a cabo el traslado de la «Academia» de Maquinistas a la Escuela
Naval única de San Fernando (Cádiz), «por no reportar beneficio alguno a los
intereses generales y perjudicar grandemente a los de la ciudad») .
En 1935, al año siguiente de creación de la Especialidad de Motores
Térmicos, efectuaron el curso (por primera y última vez antes de la Guerra
Civil) dos comandantes y tres capitanes maquinistas , inaugurando ellos la
presencia de oficiales-alumnos.
Tras la contienda, en marzo de 1940, el nuevo director (capitán de fragata
Pedro Fernández Martín), recién llegado de visitar la Escuela de Maquinistas
de la Kriegsmarine en Wesermünde (Alemania), elevó dos interesantes
propuestas respecto a la dependencia:
— Cambiar el nombre, pues «el de Maquinistas no es conforme con los
alumnos que... vendrán en primero de julio (Operarios de Máquinas)».
— Denominar al director como «Comandante Director... a tono con el
carácter y ambiente militar que la Escuela ha de tener».
No sabemos si fue decisivo, pero el hecho es que, dos meses después, la
Escuela pasó a llamarse Escuela de Mecánicos , abriéndose el periodo
más largo de conservación del nombre, de su historia.
Ya con esta nueva denominación, se inició un intenso y duradero andar
académico, completamente novedoso y reglado:
— La marinería, en sus distintos grados de especialistas(marinero, cabo y cabo primero), llevaba a cabo los
cursos de formación y ascenso en el centro, incluida la 1.ª fase de acceso al Cuerpo de
Suboficiales.
— Tras la creación del Cuerpo de Máquinas, los aspirantescursaban dos años en la escuela,
antes del paso a la Escuela Naval Militar (sólo duró de 1945 a 1952).
— Del 52 al 86, pasaron por sus aulas los oficiales-alumnos de las especialidades de Máquinas
(excepto Electrotecnia);Luego, hasta el 89, los de Propulsión (nueva especialidad
del Cuerpo General).
En 1966 , pasó a llamarse Escuela de Máquinas (una evolución lógica y acorde con los tiempos, que se había iniciado en 1963con la designación de un coronel de Máquinas como comandante director
(coronel Benigno Díaz Santé).
El 1 de septiembre de 1989, se le transfirieron las enseñanzas de Electricidad
que antes se impartían en la ETEA (Vigo). Unido ello a la integración, el
año anterior, del Centro de Instrucción de Seguridad Interior, se concluyó, en
la misma fecha, con el cambio de nombre por el de Escuela de Energía y
Propulsión de la Armada (ESEPA).
Antes, en 1982, el llamado Centro de Instrucción y Adiestramiento de Máquinas
o CIAM (aprobado por el Consejo Superior de la Armada en 1978) empezó a
levantarse en la Ensenada de Caranza. Con la entrada en servicio de sus Módulos
de Enseñanza, la escuela fue transfiriéndole, poco a poco, sus actividades. En el
89, el CIAM pasó a ser oficialmente una prolongación de la propia ESEPA. Y
el 31 de agosto de 1993, con el arriado de la bandera del cantón, se dio por finalizado
el traslado y se cerró un capítulo abierto 78 años antes.
El 17 de octubre de 1994, S. M. el Rey Don Juan Carlos inauguró la nueva
instalación de Caranza que albergaba la ESEPA : un centro
escolar para el siglo XXI, sucesor legítimo de un honroso pasado, del que
debemos sentirnos profundamente orgullosos.
En paralelo con su nacimiento, una vez desaparecido el servicio militar
obligatorio, la escuela empezó a recibir promociones de aspirantes a marineros
profesionales (ramas de Máquinas y Electricidad), además de continuar
con los cursos ya establecidos, como el de la especialidad de Propulsión. Y,
adecuándose a la incorporación de nuevas unidades, se comenzaron a poner
en servicio los simuladores de los Sistemas de Control de Plataforma (BAC
Patiño, LPD Galicia y cazaminas clase Segura), versión más informatizada y
moderna que los anteriores controles de propulsión (patrulleros Lazaga,
corbetas Descubierta, portaaviones Príncipe de Asturias, fragatas Santa
María).
Con el siglo entrante, el centro tomó nuevos derroteros. Así, en 2001 pasó
a llamarse Escuela de Especialidades «Antonio de Escaño» ); y en los dos
años siguientes, con motivo del proceso de «integración... y reestructuración
de centros docentes», se le transfirieron las enseñanzas de la ETEA ( C o m unicaciones,
Sistemas Tácticos y Electrónica), la «Antonio de Ulloa» (Artillería
y Misiles, Dirección de Tiro, Armas Submarinas y Sonar)